El virus rugoso del tomate (Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV) es una amenaza para la producción de tomate y de pimiento a escala mundial.
En la Argentina, se detectó por primera vez en febrero de 2023, en la provincia de Corrientes y posteriormente en el cinturón hortícola de la ciudad de La Plata y Mar del Plata –Buenos Aires–, así como en Salta en cultivos de tomate.
De allí que finalmente el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) terminó declarando una alerta nacional.
Debido a que no tiene un insecto vector, la partícula viral es estable y su transmisión es mecánica. Por eso, la actividad humana resulta ser la principal forma de propagación del virus en los cultivos (mediante el comercio de semillas, plantines y el manejo del cultivo).
CÓMO PREVENIR EL VIRUS RUGOSO DEL TOMATE
Bajo este panorama, un equipo de especialistas del INTA, el Senasa y el INASE decidieron poner el foco en recomendaciones para prevenir, controlar y disminuir su dispersión.
Paola López Lambertini –especialista del Instituto de Patología Vegetal del INTA– señaló que “el virus rugoso del tomate, cuando infecta plantas jóvenes, puede ocasionar pérdidas de rendimiento que van desde un 30 a un 70 %”.
En este sentido, resulta importante hacer hincapié en prácticas de manejo que permitan frenar el avance de la enfermedad.
Aclaró al respecto que, para lograr buenos resultados, es muy importante el trabajo en conjunto de todos los eslabones de la cadena productiva –semilleros, plantineras y productores– de ambos cultivos.
LA PREVENCIÓN EN LAS HUERTAS
En el caso de plantineras y productores, la especialista del INTA aconsejó “limitar la cantidad de personas que entran al cultivo, colocar alfombras o bandejas para desinfectar los zapatos en todas las entradas, utilizar ropa exclusiva para trabajar en cada invernadero (la cual se deja en el mismo y se lava) y desinfectar las manos de los trabajadores con frecuencia”.
Asimismo, habló de desinfectar equipos, herramientas, calzado y otras superficies no porosas, mencionando como una opción la utilización de lavandina al 10 %.
Además, una buena alternativa es tener, por ejemplo, dos cuchillas para dejar una desinfectando mientras se utiliza la otra.
En caso de tener un invernadero o lote con plantas infectadas o bajo sospecha de estarlo, entrar a trabajar al final de la jornada laboral.
Otro tip: no tocar las plantas al caminar entre las filas, inspeccionar visualmente hojas, tallo, pecíolos, cálices y frutos para detectar plantas con síntomas típicos de la virosis o que estén fuera de tipo, y luego eliminarla y quemarla junto con las 5 plantas que se encuentren alrededor de la planta sospechosa.
Y, por último, puntualizó: “No regar en exceso. Si se realiza riego por surco, trabar el extremo de cada surco para evitar derrame de agua y la dispersión de las partículas virales”.
En los últimos eslabones, para distribuidores se recomienda limpiar los vehículos, mientras que para pequeños productores y huertas familiares no utilizar semillas de frutos de tomate y pimento provenientes de regiones productoras donde está el virus presente.
CÓMO DETECTAR EL VIRUS RUGOSO DEL TOMATE
En cuanto a los síntomas, Daniel Kirschbaum –especialista en horticultura y coordinador del Programa Hortalizas, Flores, Aromáticas y Medicinales del INTA– detalló: “Los síntomas para identificar plantas infectadas de tomate son hojas con mosaico y moteado, ampollas y estrechamiento de la lámina foliar, necrosis de pedúnculos, cálices, peciolos y necrosis longitudinal del tallo, maduración desigual en frutos jóvenes”.
“Mientras que, en pimiento, son hojas con mosaico leve y decoloración de las hojas jóvenes, necrosis del tallo y deformación del fruto”, agregó.
También precisó que “los síntomas del fruto de tomate incluyen decoloración y manchas marrones o bronceadas. Algunos frutos verdes pueden estar infectados y permanecer asintomáticos hasta que el fruto comience a madurar”.
En este sentido, Eduardo Trumper –especialista y coordinador del Programa Protección Vegetal del INTA– destacó que “es importante tener en cuenta que, aunque la planta no presente síntomas también puede estar infectada”.
Por tal motivo, ante sospechas de presencia de la enfermedad, es fundamental no tocar la planta, aislar el sector y avisar a la oficina del Senasa, INASE o INTA más cercana.
En el caso de confirmar los síntomas de las plantas infectadas, se recomienda a los productores comunicarse a virus.rugoso@inta.gob.ar o tomate@senasa.gob.ar o con los técnicos de INTA o Senasa de la región del país en donde se encuentre.

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